Generar ideas innovadoras, ser capaces de poner en marcha proyectos novedosos, dar con soluciones imaginativas… Sin duda esos son algunos de los grandes objetivos de los grupos de trabajo, sin embargo no siempre es fácil lograrlo. Y no es de extrañar. Normalmente, en los espacios de trabajo mandan la rutina, los protocolos, las pautas inamovibles… creando un ambiente nada propicio para la creatividad
Porque si hay algo que nos ayude a estimular nuestra capacidad creativa es precisamente salir de la rutina, atrevernos a hacer cosas distintas, a probar, a imaginar. Todas ellas acciones que resultan especialmente sencillas para los niños, especialmente cuando juegan. De hecho el juego es, tal y como han demostrado varios estudios pedagógicos, una excelente forma de aprender. Mientras jugamos desarrollamos destrezas como la agilidad mental, la capacidad de encontrar soluciones y la creatividad.
Conscientes de la importancia del juego, de la diversión, para estimular la creatividad, algunas de las empresas más innovadoras del mundo disponen en sus sedes de todo tipo de estímulos lúdicos para sus empleados. Así mismo, el coaching empresarial hace tiempo que se apoya en actividades lúdicas para cohesionar los equipos, reforzar liderazgos y estimular la creatividad. Los elementos del juego aplicados a la empresa han demostrado ser también una excelente herramienta de motivación tal y como demuestran las cada vez más en boga técnicas de gamificación.
De hecho el juego predispone a nuestra mente a crear, a asociar conceptos dispares, a atrevernos a buscar soluciones distintas a los problemas de siempre. Por supuesto, no todas las empresas pueden permitirse el lujo de tener un billar en la sala del café pero si pueden introducir prácticas que ayuden a desarrollar la creatividad de los equipos. De las archiconocidas ‘tormentas de ideas’ a juegos de rol como imaginar que somos los consumidores o que trabajamos en otro departamento o, sencillamente, programar de vez en cuando, en horario laboral, algún juego divertido, pueden ser otras tantas maneras de poner en marcha la creatividad.
Foto: C.C Chapuisat Flickr