Liderazgo Humano: Pertenencia; creación de una Tribu Digital.

El pasado 23 de junio realizamos un seminario online para acompañar a las organizaciones en estos tiempos de incertidumbre. De esa sesión, hemos extraído una serie de conclusiones sobre las que hemos querido profundizar.

 

La pertenencia, un concepto abstracto pero anclado en los vínculos entre personas y miembros de un equipo, es clave en estos tiempos de incertidumbre. Aquí tenéis nuestra reflexión sobre ella.

 

Liderazgo humano para la creación de una Tribu Digital

 

Si googleáis la palabra ritual, las primeras entradas hacen referencia a hechizos para conseguir dinero, amor o éxito, casi brujería; pero si tiramos de antropología, no existe un registro de una tribu o sociedad sin rituales. Por lo tanto, quizás el éxito (de una sociedad) y los rituales no sean conceptos tan desconectados.

 

Pero, ¿qué son los rituales para que tengan tanto impacto en la sociedad? Podemos definirlos como pequeños gestos, que repetimos y elevan lo cotidiano. Estabilizan la vida gracias a su mismidad y a su repetición, nos hacen estar más presentes y disfrutar más de un simple café… Pensad en el café de media mañana con los compañeros de trabajo y lo mucho que lo hemos echado de menos durante el confinamiento.

 

Desde el punto de vista corporativo/empresarial, todos los equipos tenemos pequeños rituales que se generan de forma orgánica y que hacen que cada individuo sienta que comparte la cultura, el ADN del equipo y de la compañía. Así, nos sentimos parte de la organización y del equipo al que pertenecemos. Además, los rituales nos protegen ante el caos, reducen el estrés y tienen la característica de unir. Volvemos al sencillo café de media mañana.

 

Algunos de estos rituales son liderados por la compañía, como las comidas de verano, la fruta de los lunes o el equipo de fútbol; por los propios miembros del equipo y sus líderes informales con las cañas de los jueves o la primitiva semanal. Otros, por los líderes corporativos: charlas, reuniones, cenas, o los habituales one-to-one.

 

En definitiva, los rituales son herramientas de la cultura de una organización y del propio equipo, que nos definen y nos conectan emocionalmente con nuestros compañeros y con el propósito del equipo y de la compañía. Son un elemento clave para la motivación y la creación de esa energía necesaria para el éxito de cualquier proyecto.

 

¿Y qué ha pasado con esos rituales durante el confinamiento?

 

En la mayoría de los casos han desaparecido por las propias dinámicas de la situación. Muchas empresas han entrado en modo supervivencia motivado por de los ERTE´s necesarios para la continuidad de su actividad, o por la ausencia de procesos de teletrabajo lo cual que ha desembocado en una situación de adaptación radical al nuevo contexto donde la prioridad estaba en la propia adaptación.  En algunos casos, debido a la tipología de la actividad, ni si quiera se ha entrado en modo supervivencia y sencillamente no ha habido actividad, y por tanto los rituales desaparecieron.

 

En otros casos, hemos podido ver equipos que mantenían sus cañas de los jueves por zoom, precisamente como respuesta a una necesidad individual de cada miembro del equipo y colectiva para garantizar su bienestar y fortaleza.

 

¿Y cuál es el papel del líder en la gestión de los rituales?

 

 El filosófo coreano Byung-Chul Han, en su libro “La desaparición de los rituales” (2020), nos habla sobre ello y destaca como la desaparición de los rituales acaba con lo duradero, con los lazos que nos unen más allá de lo tangible y que nos recuerdan que somos capaces de forjar relaciones que sobrepasen el ámbito productivo. De alguna manera, son el elemento de supervivencia de una sociedad ya que generan relaciones necesarias para su supervivencia o éxito, si lo llevamos al plano de un proyecto u organización.

 

En su libro, Han, hace una reflexión sobre una sociedad con cada vez menos sin rituales, y como éstos son acciones simbólicas que unen a los individuos sin ni siquiera hablar: lo que denomina como comunidad sin comunicación. Han nos explica como los rituales cumplen una función fundacional y cohesionadora, que «transmite y representa los valores y órdenes» que mantienen unida y entrelazada a una sociedad. Y compara esta situación con la actual, hablando de una comunicación sin comunidad.

 

Si nos llevamos su reflexión de la sociedad al mundo organizacional no dista mucho, y nos ayuda a comprender la importancia de los rituales para el bienestar de un equipo y de una empresa o proyecto. Un equipo que se comunica sin crear comunidad, es un equipo funcional, sin cohesión, sin propósito y vínculos emocionales. Un equipo que crea y se relaciona en un espacio ritualizado es capaz de funcionar con la suavidad y el éxito de una orquesta filarmónica.

 

En el contexto de incertidumbre que estamos viviendo, los líderes corporativos no sólo deben incentivar la creación de rituales organizacionales y de equipo, si no que deben idear y poner en marcha esos espacios de cohesión que construyan un armazón firme para los equipos donde existe una gran carencia de espacio compartido.

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