Hacer una revista que mostrase a gente corriente siendo feliz haciendo cosas inusuales. Que hablase de buenas noticias. Que se atreviese a ser optimista sin necesidad de parecer un libro de autoayuda ni querer dar fórmulas mágicas para ‘vivir mejor’. Que mostrase gente que hace cosas distintas y que es feliz haciéndolas. Una revista, en definitiva, que resultase inspiradora porque como dicen en su página web “la felicidad es contagiosa”.
Esos eran, en resumidas cuentas, los objetivos de la joven periodista Marta Puigdemasa, impulsora y directora del proyecto, y todo el equipo de Perdiz Magazine desde el primer número de la revista, publicado en octubre de 2012.
Desde entonces han pasado por sus (bellas) páginas desde una doble de Britney Spears a un amante de la gramática, un profesional de la apnea o criadores de palomas en las azoteas de Brooklyn. Historias reales de gente corriente que ha encontrado sus propias maneras de ser feliz. Ventanas al mundo que nos recuerdan que no existe una definición única de la felicidad y cada uno puede encontrarla en cosas distintas.
Prestando especial atención al diseño porque, apuntan en la web, “la belleza estimula partes del cerebro vinculadas al placer y nos hace sentir bien”, y editada en edición bilingüe, castellano/inglés, Perdiz se vende ya en librerías y museos de medio mundo. Una prueba innegable de que no sólo las malas noticias venden y de que “una revista sobre personas y las cosas que las hacen felices” también puede ser un éxito.