Aprender a hacer algo divertido, que te proporcione sensación de libertad y te ayude a ganar confianza en ti mismo y en tus posibilidades. Eso es lo que quiso ofrecer a los niños afganos un joven skater australiano, Oliver Percovich, cuando creó la ONG Skateistan en Kabul. Una iniciativa que lleva desde 2007 enseñando a niños y niñas afganos a ir en monopatín y, con ello, a desconectar por unas horas de las dificultades del día a día, a ganar en seguridad en si mismo y a alimentar sus ganas de superarse.
Entre los muchos logros de Skateistan está el hecho de haber logrado que un 45% de los pequeños que participan en el proyecto, muchos de los cuales provienen de medios desfavorecidos, sean niñas. Todo un logro en una sociedad tan machista como la afgana, en la que aun muchos ven con malos ojos que las niñas vayan en bicicleta o simplemente acudan a la escuela. Para las pequeñas, subirse a la tabla de skate y deslizarse entre rampas es una forma de demostrarse de lo que son capaces, de ganar confianza en si mismas y creer en sus posibilidades, a pesar de las dificultades.
Y no hay mejor prueba de lo orgullosas que se sienten las pequeñas de sus avances con el monopatín que ver algunas de las imágenes tomadas por la fotógrafa Jessica Fulford-Dobson en la sede de Skateistan en Kabul.
Además, la ONG también lleva a cabo el proyecto Back to school, un curso acelerado para que niños que han abandonado los estudios o nunca han ido a la escuela puedan incorporarse al sistema educativo con las nociones mínimas para garantizar su integración.
Desde hace unos años Skateistan ha abierto centros también en Sudáfrica y Camboya con el mismo objetivo, ofrecer a niños y niñas la oportunidad de divertirse, a pesar de las dificultades de su entorno, y superarse gracias al skate.